Joel Arana: El pequeño gigante boliviano que conquista la robótica mundial con pasión y corazón

Joel Sebastián Arana M., un niño boliviano de apenas 11 años está escribiendo una historia de inspiración y talento que trasciende fronteras. Desde Santa Cruz hasta Ginebra, Joel ha demostrado que con pasión, perseverancia y un propósito claro, no existen límites para alcanzar grandes metas.

Joel comenzó su camino en la robótica en 2023, destacando en la 12ª Olimpiada Científica Estudiantil Plurinacional Boliviana, donde obtuvo el tercer lugar en la categoría Robomission de la World Robot Olympiad (WRO). Su trayectoria siguió en ascenso al ganar en octubre de 2024 la Segunda Competencia de Robótica organizada por la Universidad Privada Domingo Savio, lo que le permitió clasificar a la Olimpiada Latinoamericana de Ciencia y Tecnología en México.

En 2025, Joel  y su equipo alcanzaron el primer lugar en la categoría Junior del Desafío de Robótica Juvenil para el Bien Bolivia 2024-2025, una competencia alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Este triunfo los llevó a representar a Bolivia en la gran final del Global AI for Good 2025, la prestigiosa Cumbre Mundial de Inteligencia Artificial celebrada en Ginebra, Suiza.

En este evento, Joel ganó el tercer lugar a nivel mundial, siendo este un extraordinario Hito para él y para Bolivia.

Es importante destacar que, a pesar de su gran talento, Joel proviene de una familia con recursos limitados. Sus padres tuvieron que hacer un gran esfuerzo, incluso gastar sus ahorros, para que él pudiera viajar solo y representar a Bolivia en este evento internacional, lo que habla del compromiso y sacrificio detrás de cada gran sueño.

Joel es un orgullo nacional y un símbolo para Latinoamérica, demostrando que el talento, la disciplina y la pasión pueden romper barreras y posicionar a nuestra región en la vanguardia de la ciencia y tecnología.

Más allá de los premios, lo que hace a Joel excepcional es su motivación personal: su hermana mayor, quien enfrenta dificultades de movilidad, Joel estudia robótica con la esperanza de desarrollar tecnologías que mejoren la calidad de vida de su hermanita y de muchas otras personas.

Joel Arana es mucho más que un campeón en robótica; es un ejemplo vivo de inclusión, resiliencia y compromiso. Su historia inspira a miles y confirma que con amor y esfuerzo, los sueños se pueden convertir en realidad, sin importar la edad o las circunstancias.

Desde Ginebra, el mundo reconoce a este pequeño gigante boliviano, cuyo talento y corazón lo están llevando a conquistar no solo premios y medallas, sino también un lugar destacado en la historia de la robótica mundial.