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LA SOSTENIBILIDAD EN LA EMPRESA

Por Javier Aneiva Villegas

“Consultor y Asesor Financiero Senior”

El año pasado (2022) asistí a la Cumbre sobre Capital de Riesgo e Inversiones de Impacto para Latinoamérica (VCILAT por Venture Capital and Impact Investment Summit Latinamerica) en Santa Cruz de la Sierra, organizada por CAINCO, y en agosto de este año también asistí a su segunda versión gracias a la invitación de CAINCO y Fundación IES.


Encontré una comunidad mucho más amplia y diversa, bien organizada y cohesionada, pero principalmente con mucha energía y dinamismo, con ganas de avanzar y desarrollar pese a cualquier circunstancia que se presente.


Así se vió en la primera jornada del evento, cuando las presentaciones se centraron en las perspectivas del Capital de Riesgo (Venture Capital) no solamente en Bolivia, sino en la región. Y no fue distinto en la segunda jornada, que se orientó a la Inversión de Impacto (Impact Investment).


Es sobre este último tema que quiero atraer la atención de los emprendedores, que son todos quienes están en el proceso de crear una empresa, así como a quienes ya tienen un proyecto consolidado y en marcha.


El sueño de todo emprendedor es ver madurar su emprendimiento, pero por sobre todo lograr la sostenibilidad financiera de la empresa, es decir, lograr que se cubran al menos los costos fijos, y mejor aún si se cubren los costos variables del emprendimiento, considerando entre estos últimos los intereses de los préstamos que eventualmente se hayan contraído en el camino, y lograr el repago del capital prestado. Recién entonces se vislumbrará la posibilidad de pagar la rentabilidad ofrecida a los socios que aportaron capital.


En estos tiempos que vivimos, en los que estamos asistiendo al triste espectáculo de los efectos que el cambio climático provoca en lo que hace pocas décadas conocíamos como el curso normal de la naturaleza, y luego de firmado el Acuerdo de París en diciembre de 2015, que establece una agenda con 17  Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que se deben lograr de manera conjunta entre todos los países y con la participación de los sectores público y privado, ese sueño de lograr la sostenibilidad financiera de las empresas debe complementarse necesariamente con la sostenibilidad que busca un triple impacto: ambiental y social además de financiero o económico.


Es decir, se busca que los emprendedores realicen un proceso interno para adoptar e incorporar la sostenibilidad como una de las bases fundamentales de la organización. Y la orientación a la sostenibilidad se la encuentra en la identificación de tres criterios básicos, los denominados criterios Ambientales, Sociales y de Gobierno corporativo o ASG (ESG por sus siglas en inglés).


Los criterios Ambientales consideran actividades del negocio que pueden afectar de manera positiva en el medio ambiente, es decir, cómo puede la empresa ayudar a reducir su contaminación del aire, del agua, cómo puede reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, o cómo puede lograr una mayor eficiencia energética, y otros relacionados.

Existen varios de los ODS que se pueden revisar para identificar en cuáles se puede lograr un impacto desde el propio negocio.


Los criterios Sociales consideran actividades del negocio que pueden tener efectos en la sociedad y sus estamentos, es decir, cómo puede la empresa ayudar a reducir la pobreza de las áreas o sectores de influencia de la empresa, cómo puede ayudar a reducir la desigualdad social mediante tareas de inclusión de género, derechos humanos y laborales, y otros relacionados. También existen varios de los ODS que se pueden revisar para identificar en cuáles se puede lograr un impacto desde el propio negocio.


Los criterios de Gobierno Corporativo son probablemente los más exigentes para la organización, especialmente cuando está ya consolidada, porque debe enfrentar un proceso de cambio cultural para reorientar esfuerzos y actividades incorporando lineamientos que garanticen la calidad de la gestión empresarial y la implementación de una cultura corporativa avanzada, con políticas y procesos que garanticen las mejores decisiones del Directorio, la separación de las decisiones familiares de las decisiones corporativas, la existencia de Directores independientes, procesos que eviten prácticas fraudulentas, de corrupción o soborno, y otros relacionados.


Las empresas describen sus políticas de sostenibilidad en informes específicos para este fin.

La divulgación de esta información contribuye a medir, supervisar y gestionar el rendimiento de la empresa y su impacto en el medio ambiente y en la sociedad.


Todo este esfuerzo con seguridad va a generar al menos molestias a los emprendedores, especialmente por el tiempo y los recursos que se tendrán que destinar para alinearse a los objetivos ambiental y social. Sin embargo, se convierte en una necesidad porque existen muchos recursos financieros que están disponibles en el mundo buscando invertir en empresas que tengan esta orientación. En ese esfuerzo, el mundo de las finanzas no es ajeno a la sostenibilidad y a todo lo que rodea este concepto.


Incluso muchas de las empresas que están siendo ya financiadas por inversionistas internacionales, y hablo de empresas ya consolidadas y en etapas de crecimiento, ven que sus propios financiadores les orientan y les exigen adoptar estas prácticas para continuar con su acompañamiento con mayor financiamiento en el futuro inmediato.


En otras palabras, es mejor para el emprendedor, tanto los que ya tienen empresas consolidadas como los que están iniciando un emprendimiento, abrir los ojos y empezar a adoptar estos criterios para ser elegibles y ser apoyados y acompañados por el capital internacional y eventualmente local.

Javier Aneiva Villegas

“Consultor y Asesor Financiero Senior”

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El año pasado (2022) asistí a la Cumbre sobre Capital de Riesgo e Inversiones de Impacto para Latinoamérica (VCILAT por Venture Capital and Impact Investment Summit Latinamerica) en Santa Cruz de la Sierra, organizada por CAINCO, y en agosto de este año también asistí a su segunda versión gracias a la invitación de CAINCO y Fundación IES.
Encontré una comunidad mucho más amplia y diversa, bien organizada y cohesionada, pero principalmente con mucha energía y dinamismo, con ganas de avanzar y desarrollar pese a cualquier circunstancia que se presente.
Así se vió en la primera jornada del evento, cuando las presentaciones se centraron en las perspectivas del Capital de Riesgo (Venture Capital) no solamente en Bolivia, sino en la región. Y no fue distinto en la segunda jornada, que se orientó a la Inversión de Impacto (Impact Investment).
Es sobre este último tema que quiero atraer la atención de los emprendedores, que son todos quienes están en el proceso de crear una empresa, así como a quienes ya tienen un proyecto consolidado y en marcha.
El sueño de todo emprendedor es ver madurar su emprendimiento, pero por sobre todo lograr la sostenibilidad financiera de la empresa, es decir, lograr que se cubran al menos los costos fijos, y mejor aún si se cubren los costos variables del emprendimiento, considerando entre estos últimos los intereses de los préstamos que eventualmente se hayan contraído en el camino, y lograr el repago del capital prestado. Recién entonces se vislumbrará la posibilidad de pagar la rentabilidad ofrecida a los socios que aportaron capital.
En estos tiempos que vivimos, en los que estamos asistiendo al triste espectáculo de los efectos que el cambio climático provoca en lo que hace pocas décadas conocíamos como el curso normal de la naturaleza, y luego de firmado el Acuerdo de París en diciembre de 2015, que establece una agenda con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que se deben lograr de manera conjunta entre todos los países y con la participación de los sectores público y privado, ese sueño de lograr la sostenibilidad financiera de las empresas debe complementarse necesariamente con la sostenibilidad que busca un triple impacto: ambiental y social además de financiero o económico.
Es decir, se busca que los emprendedores realicen un proceso interno para adoptar e incorporar la sostenibilidad como una de las bases fundamentales de la organización. Y la orientación a la sostenibilidad se la encuentra en la identificación de tres criterios básicos, los denominados criterios Ambientales, Sociales y de Gobierno corporativo o ASG (ESG por sus siglas en inglés).
Los criterios Ambientales consideran actividades del negocio que pueden afectar de manera positiva en el medio ambiente, es decir, cómo puede la empresa ayudar a reducir su contaminación del aire, del agua, cómo puede reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, o cómo puede lograr una mayor eficiencia energética, y otros relacionados. Existen varios de los ODS que se pueden revisar para identificar en cuáles se puede lograr un impacto desde el propio negocio.
Los criterios Sociales consideran actividades del negocio que pueden tener efectos en la sociedad y sus estamentos, es decir, cómo puede la empresa ayudar a reducir la pobreza de las áreas o sectores de influencia de la empresa, cómo puede ayudar a reducir la desigualdad social mediante tareas de inclusión de género, derechos humanos y laborales, y otros relacionados. También existen varios de los ODS que se pueden revisar para identificar en cuáles se puede lograr un impacto desde el propio negocio.
Los criterios de Gobierno Corporativo son probablemente los más exigentes para la organización, especialmente cuando está ya consolidada, porque debe enfrentar un proceso de cambio cultural para reorientar esfuerzos y actividades incorporando lineamientos que garanticen la calidad de la gestión empresarial y la implementación de una cultura corporativa avanzada, con políticas y procesos que garanticen las mejores decisiones del Directorio, la separación de las decisiones familiares de las decisiones corporativas, la existencia de Directores independientes, procesos que eviten prácticas fraudulentas, de corrupción o soborno, y otros relacionados.
Las empresas describen sus políticas de sostenibilidad en informes específicos para este fin. La divulgación de esta información contribuye a medir, supervisar y gestionar el rendimiento de la empresa y su impacto en el medio ambiente y en la sociedad.
Todo este esfuerzo con seguridad va a generar al menos molestias a los emprendedores, especialmente por el tiempo y los recursos que se tendrán que destinar para alinearse a los objetivos ambiental y social. Sin embargo, se convierte en una necesidad porque existen muchos recursos financieros que están disponibles en el mundo buscando invertir en empresas que tengan esta orientación. En ese esfuerzo, el mundo de las finanzas no es ajeno a la sostenibilidad y a todo lo que rodea este concepto.
Incluso muchas de las empresas que están siendo ya financiadas por inversionistas internacionales, y hablo de empresas ya consolidadas y en etapas de crecimiento, ven que sus propios financiadores les orientan y les exigen adoptar estas prácticas para continuar con su acompañamiento con mayor financiamiento en el futuro inmediato.
En otras palabras, es mejor para el emprendedor, tanto los que ya tienen empresas consolidadas como los que están iniciando un emprendimiento, abrir los ojos y empezar a adoptar estos criterios para ser elegibles y ser apoyados y acompañados por el capital internacional y eventualmente local.

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Javier Aneiva Villegas

“Consultor y Asesor Financiero Senior”

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