Lo que comenzó como una investigación académica sobre la cultura alimentaria amazónica, hoy impulsa una revolución sostenible desde Bolivia. Bzzy transforma residuos cerveceros en proteína alternativa y biofertilizantes, combinando ciencia, saberes ancestrales y compromiso ambiental. En esta entrevista, Susana Jerammy Mamani Gutierrez, CEO y fundadora de Bzzy, nos cuenta cómo su emprendimiento evoluciona, su experiencia en Aceleradora 100+ y el propósito que inspira a la startup a construir un futuro más sostenible.

¿Cómo nació la idea de Bzzy y qué fue lo que los motivó a ponerla en marcha?
La historia de Bzzy nace desde la curiosidad académica, pero evoluciona con un fuerte propósito social y ambiental.
Todo comenzó con una investigación cultural en la región amazónica de Bolivia, donde identificamos el consumo tradicional de insectos como parte de la alimentación ancestral de varias comunidades. Lo que al principio fue un estudio turístico y gastronómico, pronto reveló algo más profundo y una oportunidad única: los insectos son considerados el alimento del futuro.
Frente a esta oportunidad, decidimos actuar. Dos jóvenes estudiantes, construimos nuestro propio bioterio experimental y comenzamos a trabajar con dos especies de insectos: Tenebrio molitor y Hermetia illucens, reconocidas a nivel internacional por su potencial nutricional y ambiental.
Bzzy nació para revalorizar el saber ancestral, ofrecer soluciones reales ante la crisis climática y alimentar el futuro con innovación.
Hoy, en Bzzy, combinamos ciencia, cultura y sostenibilidad. Somos una empresa biotecnológica que desarrolla insumos para nutrición animal y vegetal.

¿Qué problema buscan resolver y cómo se relaciona su propuesta con los pilares de Aceleradora 100+?
Bzzy transforma un problema en una oportunidad.
Postulamos al desafío de economía circular con una solución que convierte residuos cerveceros en valor. En lugar de desechar los subproductos de la industria, los utilizamos como base alimenticia para nuestros insectos. En solo 14 días, estos residuos se transforman en proteína de calidad para animales y biofertilizante orgánico para cultivos.
Nuestra tecnología no solo reduce significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la descomposición de residuos orgánicos, sino que también da una segunda vida a materiales que antes se desaprovechaban, generando productos sostenibles y competitivos para el mercado agrícola y pecuario.
El impacto es doble: fortalecemos la cadena de valor con insumos sostenibles a menor costo (beneficiando a productores pecuarios y proveedores agrícolas de la CBN) y promovemos un sistema que respeta los ciclos naturales, desarrolla procesos más eficientes y escalables, reduce desperdicios y combate la crisis climática desde la raíz.

¿Qué hace que su propuesta sea innovadora y cómo integran la sostenibilidad en cada etapa?
Lo innovador de nuestra propuesta es que integra biotecnología, sostenibilidad y economía circular en un solo proceso.
En Bzzy, utilizamos insectos como microfábricas naturales para transformar residuos orgánicos en proteína de alto valor y biofertilizante en solo 14 días. Esta transformación ocurre en un sistema controlado y eficiente, que reduce tiempos, emisiones y costos frente a modelos tradicionales.
Nuestro modelo de negocio se basa en el aprovechamiento de residuos locales, creando una cadena de valor que conecta a la industria cervecera con los sectores agrícola y pecuario. De esta forma, cerramos ciclos de producción, reducimos desperdicios y generamos insumos accesibles, sostenibles y competitivos.
Además, trabajamos con un enfoque modular y escalable, lo que permite replicar la tecnología en distintas regiones y con otros tipos de residuos agroindustriales, promoviendo una transición real hacia una economía circular regenerativa.
Sostenibilidad no es solo nuestro propósito, es el núcleo de todo lo que hacemos.

¿Qué representa para ustedes haber sido seleccionados como segundos finalistas del programa A100+?
Para nosotros, ser finalistas del programa Aceleradora 100+ es mucho más que un reconocimiento: es la validación de un sueño que parecía imposible.
Bzzy nació como una idea pequeña, quizás hasta loca, en una sociedad donde muchas veces nos enseñan que soñar en grande es en vano. Pero hoy estamos aquí, demostrando que los sueños también se construyen con esfuerzo, trabajo y propósito.
Este logro representa el fruto de años de preparación académica, del esfuerzo silencioso de nuestros mentores, y de esas horas en las que, a pesar del cansancio, seguimos creyendo. Ser finalistas significa que sí hay espacio para el talento boliviano, que nuestras ideas pueden generar impacto y que podemos construir un mejor futuro desde donde estamos, con lo que tenemos.
Estamos profundamente agradecidos por esta oportunidad, porque nos permite visibilizar nuestro trabajo, pero sobre todo porque nos acerca a ese propósito mayor: crear soluciones reales, sostenibles made in Bolivia.
Hoy representamos no solo a nuestro emprendimiento, sino a todos aquellos que se atreven a imaginar un futuro distinto. Y lo decimos con el corazón: Bzzy es el sueño de todos los bolivianos que no se rinden, aunque les digan que no se puede.

¿Qué les ha aportado el acompañamiento de CBN en este proceso antes del Pitch Final?
El acompañamiento de CBN ha sido clave.
Las mentorías y los BeerCamps nos dieron herramientas valiosas para fortalecer nuestro modelo, aclarar nuestro enfoque y prepararnos con visión estratégica. Además, conectarnos con expertos y emprendedores nos inspiró a dar lo mejor.

¿Qué necesitan hoy para seguir creciendo? ¿Y por qué consideran importantes las iniciativas como A100+ en Bolivia?
Hoy, para crecer, necesitamos inversión, aliados estratégicos y validación técnica que nos permita escalar nuestro modelo con impacto.
Contamos con la tecnología y el compromiso, pero necesitamos el impulso que transforme nuestro bioterio piloto en una planta capaz de procesar toneladas de residuos y producir toneladas de proteína alternativa, aliados que crean en el talento boliviano y validación para demostrar que desde Bolivia se pueden desarrollar soluciones de clase mundial.
Por eso, creemos que iniciativas como Aceleradora 100+ son fundamentales en nuestro país. Porque conectan a emprendimientos como el nuestro con el conocimiento, la industria y la posibilidad real de crecer con propósito. Porque necesitamos más espacios que crean en la innovación local, que apuesten por resolver los grandes retos desde nuestra identidad y desde nuestras capacidades.
Bzzy es una respuesta a la crisis climática en Bolivia, y A100+ nos da la oportunidad de demostrarlo.

Finalmente, ¿cuál ha sido el aprendizaje más valioso que se llevan de esta experiencia?
El mayor aprendizaje ha sido comprender el valor de alinear nuestra propuesta con los desafíos reales de la industria.